top of page
Buscar

Lo difícil de ser yo

Foto del escritor: Katiana CordobaKatiana Cordoba

Escribo humildemente este post para compartir mi historia—mi crecimiento, mi evolución espiritual y el camino de descubrir quién soy realmente.



Por alguna razón, desde niña internalicé la creencia de que si no era feliz, entonces Dios no estaba conmigo—que debía estar haciendo algo mal. Siempre sentí profundamente, pero mis emociones, especialmente la ansiedad y la tristeza, me hicieron sentir como un fracaso. Creía que si atravesaba dificultades, significaba que no era lo suficientemente buena, que no estaba alineada con Dios. Y sin embargo, incluso en esos momentos de vergüenza y autojuicio, en lo más profundo de mi ser, siempre supe que Él estaba ahí. Esta contradicción—sentirme profundamente conectada con Dios y, al mismo tiempo, avergonzada de mis emociones—moldeó mi percepción de la realidad.


Siempre he sido una persona que siente intensamente. Pero durante mucho tiempo rechacé esa parte de mí, creyendo que mis emociones me hacían pequeña, indigna, inferior a los demás. Y hasta el día de hoy, mientras camino en este sendero de despertar y sanación, sigo descubriendo rastros de esas creencias en mí. Creo que ya las he superado, pero en realidad sigo encontrando nuevas capas que persisten dentro de mí.


Escribir esto—compartir mi vulnerabilidad de manera abierta—requiere valentía. Porque incluso como mentora espiritual, y contrario a lo que mi "ego" espera, sigo caminando este sendero. Y sé que no estoy sola. Como la mayoría de ustedes, sigo explorando los aspectos más profundos de mi ser, presenciando los viejos patrones que aún emergen. A veces, surgen emociones que me hacen sentir pequeña. A veces, no me siento alineada. Y ya no me juzgo por eso.


Lo que realmente me ha ayudado en este camino es la aceptación—rendirme ante estas emociones, no como obstáculos, sino como maestras. Ya no las veo como enemigas, sino como guías que me revelan verdades más profundas sobre quién soy. Comprendí que no vine aquí para ser "perfecta" o para alcanzar un estado de iluminación lejano. Vine aquí para experimentar—para sentir todas las emociones que esta dimensión dual nos ofrece, con sus contrastes de luz y sombra, de alegría y tristeza. Esa es la esencia de la vida.


Y en esa aceptación, encuentro paz.


Me recuerdo a mí misma que estoy a salvo. Que soy digna. Que nunca estoy separada de Dios. Ser sin Él es una imposibilidad, porque soy una con Él. Existo en Él, soy parte de Su creación, hecha de Su propio aliento, impregnada de Su esencia.


Con esta conciencia, elijo cada vez más ser quien realmente soy. Mostrarme como soy. No para eliminar el miedo, sino para transmutarlo en luz, amor y verdad.


Así que sí, sigo caminando este sendero. Despojándome de capas que han cubierto mi luz. Regresando a mi esencia. Fluyendo en el ser.


Estoy aquí. Soy completa. Y sigo avanzando.


Katiana

 
 
 

Comments


bottom of page